Estoy embarazada, ¿y ahora qué?

Tanto si llevas mucho tiempo buscándolo como si ha sido una sorpresa, no te imaginas el cambio que supondrá en tu vida. Hace poco, leí el artículo de una psicóloga en el que explicaba que los 9 meses que dura un embarazado son, en gran parte, para la adaptación de la futura mamá a todos los cambios que se avecinan.

Aunque la mayoría de médicos y matronas se centran en la gestación de la nueva vida, considero que también es muy importante hacerlo en nosotras, las mamás. No somos una mera incubadora, sino seres con entidad propia, con dudas y con necesidad de consejos más allá del «esto es normal». Para poder disfrutar al máximo del proceso al máximo, conectar con el bebé y asumir la nueva situación, es de vital importancia el cuidado de la mujer.

A lo largo de este artículo, os explico las primeras medidas que os recomiendo que adoptéis.

1 – Seguir una dieta saludable

Os ampliaré este tema en futuros artículos, pero os voy a dar algunos puntos clave para empezar.

Cuando estés embarazada NO hay que comer por dos. Durante el primer trimestre, el aporte calórico debe ser el mismo para una mujer embarazada que para una que no lo esté. Más bien, la diferencia en la alimentación de una mujer a otra debe depender de la cantidad y frecuencia de actividad que realiza.  A partir del terce mes, el aumento de peso en el embarazo debe ser progresivo. Será en el último trimestre en el que subirás más de peso.

Mi recomendación es que te cuides desde el principio porque luego será más complicado coger las riendas. Debes comer sano, equilibrado y variado. Evita comida basura, azúcares añadidos, refrescos o precocinados. Haz un uso controlado de la sal (por la tensión arterial) y de la cafeína y teína. Hoy en día, puedes encontrar gran variedad de cafés y tés, así que usa aquellos menos fuertes y, en alguna ocasión, puedes darte un capricho con aquel que más te gusta. Siempre, por supuesto, usando tu sentido común.

Sobra decir, que el alcohol y las drogas están completamente prohibidos. Desde mi experiencia personal, además, no recomiendo fumar porque los peques nacen con un sistema respiratorio más debilitado y suelen sufrir más problemas respiratorios. Así que, mejor prevenir que curar.

Consejos

  • Cocinar muy bien el pescado (mejor, previamente congelados), la carne y los  huevos.
  • Quesos y lácteos pasteurizados. Ante la duda, mejor no los tomes. ¡Cuidado mamás viajeras! En muchos países, la leche de uso habitual es leche fresca, así que mejor preguntar.
  • Frutas y verduras bien lavadas. Ya sean ecológicas, de la huerta de tu vecino o envasadas, hay que desinfectarlas con vinagre, lejía o productos de farmacia especiales para ello y, después, aclararlos muy bien con agua corriente.
  • Las que no estamos inmunizadas de toxoplasmosis tenemos que evitar los embutidos. Hay mucha información al respecto. Se dice que, si los congelas a -22ºC durante 10-15 días, minimizas el riesgo. Pero, los congeladores de casa suelen llegar a un máximo de -20ºC o -22ºC, si su eficacia fuera del 100%. ¿Crees que algún fabricante se atrevería a garantizarlo? Probablemente no. Así que yo no os lo recomiendo, aunque hablaré más sobre este tema en el futuro.

2 – Realizar ejercicio físico

Si eres una mamá activa, continúa con ello, siempre y cuando no te indiquen reposo. Eso sí, debes evitar ejercicios de impacto o con saltos. Profundizaré en este tema en futuros artículos.

Si eres poco activa, este es tu momento, ponte tus zapatillas y sal a caminar o busca un lugar adecuado para hacer ejercicio controlado (por un entrenador o fisioterapeuta). Pilates, tai-chi, yoga o nadar pueden serte de gran ayuda.

Hay que fortalecer la musculatura (por el aumento de peso), mejorar la circulación (para evitar la aparición de varices) y evitar el estreñimiento (por las hemorroides). Pero, sobre todo, te hará sentir mejor.

3 – Complejos vitamínicos

El aporte extra obligatorio es de ácido fólico y yodo para el desarrollo correcto del sistema nervioso de nuestro bebé. Se dice que el ácido fólico se debe desde 3 meses antes del embarazo.

Pero… ¿y si no lo sabes? En ese caso, debes comenzar desde el momento en que te enteras y continuar durante todo el embarazo, hasta el alumbramiento.

La ingesta de yodo depende de la zona en la que vivas, hay zonas en las que el agua es rica en yodo y no es necesario un aporte extra. Lo más común es tomarlo hasta acabar la lactancia.

Hay marcas comerciales que tienen complejos con aporte multivitamínico y minerales, aunque no están cubiertos por la Seguridad Social y nunca son sustitutivos de llevar una dieta equilibrada.

Otras muchas mamás sufren anemia o déficit de vitamina D. En estos casos, tu médico será el que te paute el tratamiento.

4 – Piel e hidratación

Debido a los cambios hormonales, la piel puede sufrir alteraciones:

  • Manchas en la piel, especialmente, en la cara (cloasmas). No es recomendable usar despigmentantes durante el embarazo.
  • Aparición de lunares o verrugas.
  • Oscurecimiento de pezones y línea alba.

Muchas de ellas desaparecen después de dar a luz. Durante el embarazo, es importante usar protector solar FPS 50+, tomes o no el sol.

Otra preocupación común en las embarazadas son las estrías. En ellas, intervienen muchos factores:

  • El factor hormonal es incontrolable y depende de cada mujer.
  • La falta hidratación la debes combatir bebiendo mucha agua para estar bien hidratada (de dentro a afuera) y aplicándote cremas o aceites para hidratarte (de fuera a adentro). ¡Ojo! ¡No todo vale! Hay cremas que no tienen suficiente capacidad de penetración y, por tanto, no sirven. Os contaré más sobre este tema en otro artículo un poco más adelante.

5 – Controlar el peso

Aquí entran en juego, las famosas tablas de índices de masa corporal. Según estas, con mi altura de 163 cm y mi 48 Kg de peso, tendría que engordar entre 13 y 18 kg. No obstante, si tenemos en cuenta el peso del peque, de la placenta, del líquido amniótico, el aumento de sangre, la retención de líquidos, etc. considero que lo ideal para mí sería engordar solo entre 9,5  y 11 kg. El resto iría a grasa acumulada, lejos de lo que estimo que es saludable. Evidentemente, en los embarazos múltiples, la cosa cambia. En cualquier caso, es el bebé el que debe crecer sano.

Lo importante es sentirte sana, activa, saludable, marcarte un objetivo realista y disfrutar a tope de los mimos que recibirás y que tú misma te regalarás.


Foto del artículo creada por jcomp – www.freepik.com

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